LA SUITE DE INTERNET - LA PROPIEDAD DEMOCRÁTICA

Demetrio Velasco

´El sistema de propiedad es todo un escándalo moral´

El profesor de la Universidad de Deusto habló la pasada semana, en una conferencia que pronunció en la capital grancanaria, sobre La propiedad y su visión cristiana de la necesidad de procurar un "cambio de mentalidad para promover fórmulas más razonables".

- Usted aboga por remover nada menos que la base del sistema.

- Parto de una obviedad y es que vivimos bajo una forma hegemónica de propiedad que es el de las sociedades burguesas y ha generado unas desigualdades brutales. Es un escándalo moral.

- La propiedad es un valor casi natural y así se tiene por general asumido.

- Todos tenemos un derecho natural a satisfacer nuestras necesidades apropiándonos de los recursos que necesitamos. El problema es cuando una forma concreta de apropiación, como es ese derecho burgués que es elitista y excluyente por que solo lo puede ejercer el grupo de los que son propietarios, al final acaba negando el otro derecho. Vivimos en un mundo en el que una minoría es realmente propietaria y que imposibilita que los otros puedan ejercer el derecho natural. Lo terrible es que se haya convertido esta forma histórica, injusta, excluyente, desigualitaria de ser propietarios en algo tan natural y tan sagrado que ninguna sociedad se ha permitido el plantearse el cuestionarlo. Eso es lo tremendo.

- ¿Cómo se desmontaría ese sistema?

- Lo primero que habría que desmontar es una forma de pensar y una forma de legitimar las situaciones que nos parecen que son las normales, pero que de normales no tienen nada. Habría que empezar haciendo autocrítica. Que no sea normal entre nosotros ver que, por ejemplo, alguien se puede retirar con 5.000 millones de pesetas. Pues no, tenemos que llegar a una situación en la que, así como ponemos salarios mínimos, también se fijen los máximos.

- ¿Y quién tendría que liderar ese proselitismo, la clase política, los ciudadanos de forma directa?

- Esa forma de pensar creo que hay que plantearla en todos los ámbitos, desde el ético personal, al ámbito fiscal, al ámbito político, cultural. Eso lo tenemos que hacer todos y, sobre todo, las instituciones que nos hemos dado que se llaman democráticas. Vivimos en sociedades que habría que llamarlas oligárquicas porque hay unos grupos minoritarios que controlan la riqueza y, al mismo tiempo, obviamente, controlan el poder. ¿Y cuáles son las instituciones que deberían caminar hacia un proceso de igualación? Pues las políticas, el Estado con sus administraciones, con sus instrumentos. Que tenemos muchos. Lo que pasa es que no los utilizamos.





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