LA TRONERA|ANTONIO GALA
El gran fracaso
28.06.2009 NUNCA los preceptos eclesiales y sus ideas sobre esta vida producen la idea de otra vida mejor. Estudiando sus argumentos, se siente preferencia por una muerte definitiva. El Paraíso no atrae ni en la Divina Comedia: hay fragmentos del Infierno mucho más hermosos y habitables. Los libros tradicionales católicos están llenos de moho. Escribirlos tuvo poco sentido; pero menos aún leerlos. La crascitación del nuevo Agustín de Hipona rebosa razón: «Hazme casto, Señor, pero no ahora: cras, mañana.» O «credo quia absurdum» porque es absurdo. La fatuidad de los libros dogmáticos es poco convincente. Y fingida o muy fría. Se necesitaron armas para imponerse. La fe es una pluma; la apologética, una barra de plomo. Sus pruebas, ayer, poco significaron; hoy, nada en absoluto. La razón queda marginada. Sólo Dios podría definirse: «Soy el que soy. Soy el que está sentado». Pero, uno y a la vez tres, la cosa es más difícil. Salvo que sea el nabo, la nabiza y el grelo: una planta y tres cosas distintas. Así lo definió el cazurro gallego. Difícil encontrar un símil mejor.
LA TROLERA
EL GRAN CAZURRO
Escritor inteligente
Un andaluz por el mundo
Don Antonio, algunas veces,
hace gala de cazurro
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