Hoy ingresa en "La Cárcel de Internet", un execrable artículo de D. Eligio Hernández.
En virtud del referido - "indeterminado artículo" - debemos considerarle un "presunto" ABOGADO JUSTICIERO, toda vez que no debemos afirmar fehacientemente que el Sr. Hernández sea "un inmaduro psicópata que no tiene conciencia de sus posibilidades de error y que necesita un público que aplauda sus hazañas para fortalecer sus desviada propensión"
Tampoco debemos considerarle un abogado "inquisidor por tener el apoyo de un sector de la derecha política, que cree que vale todo contra la izquierda y que el fin puede justificar los medios"
El Sr. Hernández, publicó un "demócratico artículo" - en defensa de un conocido magistrado palmero - que tuve el placer de alojar en "La Suite de Internet. Hoy, sin miedo a equivocarme, tengo la obligación moral de meter en "la Cárcel de Internet", un execrable artículo de D. Eligio Hernández, públicado en varios medios de comunicación, los días 17 y 18 de Diciembre, titulado:"...
- LA JUSTICIERA JUEZ ROSEL
Entre los tipos y estereotipos de jueces que describe el profesor Alejando Nieto en su libro “El Desgobierno Judicial”, además de los “Jueces estrella”, describe al “Juez justiciero” como: “ Un ser inmaduro que hace suyos los ideales adolescentes de arreglar el mundo, un psicópata que ha perdido el contacto con la realidad, que no tiene conciencia de la modestia de sus esfuerzos y de sus posibilidades de error, que se mueve en un escenario imaginario donde necesita un público que aplauda sus hazañas y cuyos halagos busca desesperadamente para fortalecer su desviada propensión.
Vive en el universo de sus fantasías, donde son enemigos cuantos no están de acuerdo con el. Lo grave es que cuando este personaje opera en un contexto dominado por los medios de comunicación, como hoy sucede, se produce un efecto sinergético explosivo”. Así como el Juez Garzón es el arquetipo del “Juez estrella”, como señala A.Nieto, la Juez Rosell podría considerarse un arquetipo de “Juez Justiciero”. Se permite criticar y poner bajo sospecha de manipular su ordenador al Gobierno de Canarias y, sin embargo, instruir un procedimiento penal relacionado con éste, que ha declarado secreto, para el cual es dudosamente competente. Se permite firmar comunicados conjuntos contra resoluciones de la Sala Penal del TSJC, a la vista, ciencia y paciencia de su presidente y del Consejo General del Poder Judicial. Se permite un trato irrespetuoso y público, que presencié atónito en un caso, a los funcionarios de su juzgado, lo que ha motivado que muchos, cuyos testimonios he constatado, hayan pedido traslado a otro Juzgado, a la vista ciencia y paciencia de los representantes sindicales de lo funcionarios judiciales.
Estos jueces inquisidores, como la Juez Rossel, tienen el apoyo de un sector de la izquierda política, que cree que vale todo contra la derecha, sin darse cuenta que, como dijo el magistrado Gimeno Sendra, progresista, por cierto, en su voto particular a la STC 41/1998, de 24 de febrero :” En un proceso penal moderno, por muy nobles que sean los fines perseguidos por el Sr. Juez de Instrucción, si no se quiere incurrir en un modelo procesal totalitario y potenciar la figura del Juez «político», tampoco aquí «el fin puede justificar los medios»: Ni la lucha contra la corrupción política, ni contra la delincuencia económica pueden legitimar el sacrificio del derecho de defensa y demás derechos fundamentales que nuestra Constitución proclama”.
Celebro que algunas Asociaciones Judiciales se hayan desmarcado del apoyo público a la Juez Rossel en sus últimas actuaciones con repercusión mediática. Haría bien en seguir el mismo camino Jueces para la Democracia, asociación a la que no dudaría en pertenecer si estuviera en activo en la Carrera judicial, para que no empañe su positiva trayectoria como sucesora de Justicia Democrática, y el prestigio de la Justicia, la más que dudosa imparcialidad de dicha Juez. Cuando en el año 1994 reingresé en la Carrera Judicial, me denunciaron oficiosamente al CGPJ alegando que mi condición insobornable de activo y combativo militante socialista comprometía mi imparcialidad judicial. Tenían razón los denunciantes. Por eso abandoné la Carrera Judicial, no sólo ante la evidencia de que la imparcialidad objetiva exige no sólo ser imparcial, que siempre lo fui, sino parecerlo, que nunca podré serlo, sino por imperativo de los principios éticos irrenunciables de la izquierda. Espero que si la Juez Rossel se considera de izquierdas, lo que dudo, haga lo mismo.
... PORQUE NO TIENE UN PASE.
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