CAN-PEONES Y...¡¡¡ VIVA ESPAÑA !!!
Los perroflautas españoles estabamos acostumbrado al régimen de Franco, un amo que nos dijo que lo mejor era no meterse en política, y aprendimos la lección tan bien que aún le hacemos caso.
Franco usaba la piedra y el palo, instrumentos bárbaros que los entrenadores actuales desaconsejan porque hoy se sabe que es mejor no golpear tan duro al animal y se usan técnicas de manipulación más sutiles. Pero algunos lo echan de menos porque lo de Franco sí que era un régimen de adelgazamiento y no la dieta Dukan.
Al perroflauta hay que darle correa, sí, aunque no demasiada, porque entonces se te escapa a la calle y puede morder a alguién. Con un poco de comida y agua, con mordisquear una zapatilla y rascarse de vez en cuando, los perroflautas españoles ya tenemos bastante.
Lo de la libertad es una cosa que se nos atraganta, un concepto angustioso que no debe ir más allá de elegir el canal de televisión, el espantapajaros al que ladrar cada cuatro años o el banco o caja que mejor nos estafe.
Los perroflautas somos animales agradecidos que lamemos la mano del amo que nos apalea y dormimos a los pies de la cama, felices de compartir las migajas que nos caen de arriba.
Dicen que todo tiempo pasado fue mejor; ahora "Micis et Circenses" (Migajas y Circo)... ¡¡¡ Guau...qué tropa !!!
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